13.5.06

Te quiero Twix blanco, te quiero

He comido mi último twix blanco y ahora la gran preocupación de mi vida es que no sé si volveré a probar uno en lo que queda de mi vida. La estrecha realación entre Twix blanco y yo empezó en Copenhague cuando iba en camino para Madrid, al empezar mi año Erasmus. Me compré dos Twix en el aeropuerto y desde entonces no ha habido vuelta. Twix blanco es el gran amor de mi vida. La relación no ha sido siempre fácil, ha habido tiempos de pocos encuentros causados por falta de importación en ciertos países, pero también ha habido unos momentos maravillosos como los cinco días que pasamos juntos en Estambul y las semanas después de ese viaje. Al llegar a fin el año 2005, había habido unos meses de sequía, pero un día estando en un supermercado de lujo en mi propia ciudad veo una caja grande llena de twix blanco. Cado uno costó 1€20 pero tanto quería a mi twix que me compré diez. Poco a poco otras tiendas y supermercados empezaron a vender twix blanco y yo siempre he procurado tener unos cuantos en mi habitación. Ahora ya no me quedan. Adiós Twix blanco, siempre ocuparás una parte de mi corazón!